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CIVDAD
La dicha ciudad de los Rey de Lima, corte rreal, adonde rrecide su Magestad
y su corona rreal, pricedentes y oydores, alcaldes de corte y justicias, dotores,
lesenciados y los excelentícimos señores bizorreys, da donde gobierna todas
las Yndias orentales, osedentales.
Todo lo que toca al casta y generación de yndios, aunque sea de los yndios
de Gran Chino, México, Santo Domingo, Panamá, Cartagena, Guayaquil, Tucumán, Paraguay, de todo este rreyno desde la Mar de Norte has[ta] la Mar de
Sur, yndios de Chile, de la montaña, arauquas, mosquitos, yndios Chuncho,
Anti, Guarmi Auca, Anqu Uallo, [C]hinchay Suyo, Anti Suyo, Colla Suyo, Conde
Suyo de los quatro partes deste rreyno, gobernó y señorió y rreyno los Yngas.
Ací gobierna el papa la santa madre yglecia de Roma y nuestro señor, rrey
monarca del mundo don Phelipe el terzero; en su lugar, el excelentícimo señor, bizorrey, cauesa de las Yndias, patrón de la santa madre yglecia.
Esta dicha ciudad lo fundó su Magestad, aunque defendió Quisu Yupanqui
Ynga, príncipe, con mil yndios y lo mató el capitán Luys de Áualos de Ayala1
y le dio una lansada en el enqüentro en una asecya de Lima. Y ancí lo
fundó este dicho capitán en nombre de su Magestad. Este dicho capitán fue
padre del ermano del autor del dicho Corónica. Y se fundó en tienpo del papa
Paulo, enperador don Carlos, da donde gobierna su Santidad y su Magestad.
Y es tierra de mucha comida y rrica de plata, adonde gobierna el muy
rrebrendo yn Cristo arzoobispo, adonde abía de estar la segunda persona del
papa, cardenal, para el gobierno de la santa madre yglecia de Roma. Y en la
dicha ciudad rricide señoría ynquicidor y familiares y señoría de la santa
crusada y los rrebrendos, perlados, comisarios y bicarios generales, auadesas
generales deste rreyno con toda su pulicía y cristiandad y caridad y amor de
prógimo, gente de pas, grandes seruidores de Dios y de su Magestad, el qual
es Ciuilla, Castilla la nueua deste rreyno.
Adonde corre tanta cristiandad y buena justicia y se castiga a los rreueldes
y se a de castigar más adelante y de pecados ciuiles y criminales a los soberbiosos que no temen a la justicia y los buenos sale honrrado y con merced
desta dicha ciudad.
Véase la nota, p. 394.