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PRI[ME]R GENE[RACIÓ]N DEL MVNDO, DE ADÁN I de su muger Eua1: Fue
criado por Dios el cuerpo y ánima.
Adán engendró a Seth, Seth engendró a Enos, Enos engendró a Caynam [Cainán]. Caym [Caín] mató a Abel; déste salió la casta de negros por enbidia. Edeficó la primera ciudad; llamóla Enoch porque un hijo suyo se llamaua ací.
Caynam [Cainán] engendró a Malaleel, Malaleel engendró a Lareth [Jared],
Lareth engendró a Enoth, el que está en el paraýso.
Su padre deste, a Amelh [Lamec], fue de linage de Caýn. Tubo tres hijos
y una hija: Jael [Jabal] enuentó las cauanas, otro hijo, Tubal [Jubal], enuentó
el órgano y la uigüela y canto de órgano. Tabalcaym [Tubalcaín] enbentó el
arte de labrar hierro, la hija, Noema [Naama], enuentó el hilar.
Enochen engendró a Matuzalem. Este dicho Matuzalem beuió en el mundo
más que todos, mil y quarenta y tantos años, pero más ueuió Adán y Eua.
Matusalén engendró a Lamech, Lamech engendró a Noé.
Estos dichos hombres, cada uno de ellos y sus multiplicos, beuieron muy
muchos años. Sólo Adán y Eua ueuiría dos o tres mil años. Parerían de dos
en dos2 y ancí fue nesesario henchir el mundo de gente.
Questo se escriue consederándose que no se puede sauer tanto ni de tantos
años, porque el mundo está ya uiejo, que sólo Dios en su secreto saue todo lo
pasado y lo uenedero. No puede pazar con lo determinado de Dios, cino sólo
ymaginar que a millones de años desde que se fundó el mundo, según para
el castigo de Dios. Estubo el mundo lleno de hombres que no cauía y estos
no conoció al Criador y Hazedor de los hombres. Y ací, desto mandó Dios
fuese castigado el mundo; dentro, todo criado, por sus pecados, fue castigado
con las aguas del [di]luuio. Y fue determinado por Dios que se saluase
Noé con sus hijos en la arca de Dios.
En las pp. 23-29, Guaman Poma extracta la historia del pueblo hebreo desde el tiempo de los patriarcas hasta el reinado de Sedequías, que terminó en el cautiverio en Babilonia. Aquí narra la descendencia de Adán que se encuentra en el libro del Génesis, caps. 4-5.
El nacimiento de mellizos se considera un acontecimiento mágico aun hoy en día. Según amplia evidencia etnográfica, gemelos del mismo sexo son un augurio nefasto; los de sexo opuesto se perciben como símbolo de fertilidad y aumento de población. Véase el análisis del concepto andino yanantin, Platt, 1978b [Bib].