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SENTENCIAS

Sentenció el capitán Alonso de Medina, corregidor y justicia mayor del rrepartimiento y prouincia de los Aymarays, muy cristianícimo hombre. Éste no tenía más que un yndio biejo que le seruía ni tenía criados ni muchachos ni hijo ni muger ni ermano. Y no pedía cosa ni de comer de la mita ni pedía, aunque fuese una gallina ni güebos, y no comía cino una olla no más de carne. Y no tenía tratos ni contratos ni jugaua ni tenía aparatos ni soberbia. A los pobres les ayudaua. Ancí los españoles les quería muy mal y era criado del uirrey don Carlos Monterrey¹, conde.

Este cristianícimo comensó asotar a los rrobadores de los becinos comenderos y españoles y padres de las dotrinas. Y como no tenía trato y ancí no temía, aunque le amenasaua, no tenían que escriuille al uirrey ni a la audiencia. Sentenció para exenplo y castigo de los malhechores corregidores por donde su Magestad uerá y hará justicia por esta sentencia de los capítulos, fecha.

Sentenció el corregidor de la prouincia de los Lucanas, Gregorio Lopes de Puga². Fue éste gran letrado, lesenciado, muy cristiano. Sentenció como letrado que no se metía en cosas que no era de su justicia. Y no tenía trato ni pedía nada. Andaua solo, aunque no trayýa escriuano, cino sólo hacía justicia. Y bolbía por los yndios muy mucho y honrraua a los prencipales. Echaua a los españoles y tinientes, mestizos y mulatos del corregimiento y castigaua a los españoles guagamundos. Sentenció y jusgó en los capítulos por donde su Magestad lo sentenciará y iusgará en fabor de los pobres deste rreyno.

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¹ Gaspar de Zúñiga y Acevedo, décimo virrey del Perú (1604-1606); su retrato se encuentra en GP, p. 472.

² Véanse también pp. 512-514, 527.