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PRÓLOGO
testimonios, leuantamiento de quitarse la uida y honrra y hazienda de los
pobres de Jesucristo, enubidente Dios y de su justicia y de su Magestad de la
soberbia, auariento, enubidiente del mandamiento de Dios por sus pecados,
castigó Dios.
Acimismo le castigó Dios a la ciudad de Ariquipa y a todo su comarca; le
quizo Dios quemalle con fuego del ynfierno. Se saluaron por rruego de la Uirgen Santa María, madre de Dios, y por rruego de todos los sanctos, sanctas,
ángeles del cielo. Fue ayudado y se saluaron, aunque se murieron muchos y
se perdieron toda la hazienda.
Y, porque no os uenga el castigo de Dios, rrestituyd1 honrra y hazienda
de buestros prógimos. Aunque os metáys en el decierto y rreligión, ci no
rrestituýs y pagáys lo que deuéys, serés condenados al ynfierno. Guardad los
dies mandamientos y el santo euangelio y las buenas obras de misericordia.
Por boca de ángel os notificó y pecador os amonesta a todas las ciudades,
uillas, aldeas, pueblos deste rreyno.
Cómo por la Deuina Escritura de Dios nos manda y enseña todas las ciudades de Dios has limosna y carídad, penitencia, y rricibirá Dios del cielo
para que allá nos ajunte a todos en su paraýso eterno, que biue la Sanctícima
Trinidad, Padre, Hijo, Espíritu Sancto, un solo Dios uerdadero y su madre
Uirgen Santa María y juntamente todos los sanctos y todas las sanctas, ángeles
que bib[e]n con él juntamente y rruega por nosotros pecadores.
Sobre la restitución, véanse pp. 532, 540, 573, y notas.
