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[←] TREINTA AÑOS, [→]
Y ancí, Dios mío, ¿adónde estás? No me oyes para el rremedio de tus pobres,
que yo harto rremediado ando. Y ancí, ¿cómo an de ueuir casados y multiplicar los yndios? Después dezís: “¡O, qué mala dotrina y malos yndios pleytistas!”
En otro pueblo, le sucidió a don Pedro un pleyto de mentiras y uellaquerías en el pueblo de Chinchay Yunga. Y le leuantó otro padre dotrinante flayre
por destruyr su pueblo, por lo qual en toda Castilla los frayres serrado en su
conuento, los clérigos en sus casas, cin pleyto. Todo es acá mentira. Y ancí
el dicho padre le espantaua a los yndios; aun el dicho autor se espantó deste
dicho padre. ¿Qué me hará los yndios pobres y pucilánimos, encapases por
no uer más tantas cosas ni hartarse de llorar con los pobres?
Esto pasó en el año de 1614: Estubo el dicho autor el Día de la Senisa
oyendo un sermón tan espantable del dicho padre en que dezía que le auía
de matalle y curalle como a carneros, caraches y desollalle a los yndios. Como
oyó el dicho autor de las malas palabras y sermón, luego en esa ora sale el
autor por no uer más tantos tormentos de los pobres, questaua ya muy harto
de uella en el mundo. Pero fue forsoso de sauella por auerse muerto ochenta
ánimas, hazienda de su Magestad, a quien le duele como cosa suya y propia
que le costó su trauajo y propetario, rrey. Después dezís que no está al presente Dios y luego Sacra Católica Real Magestad. Porque adonde está Dios
está el rrey católico y sus ojos cristianos. Todos los que le enforma a su Magestad cirue a Dios y a su Magestad. Aquellos ojos de ellos y del autor son
ojos del mismo