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[←] FABOR1 DE LOS POBRES [→]
“Ay uiene alcansándome. Ay le encontrará se lo busca vuestra merced.”
Con estas dichas palabras andaua cienpre por el mundo en busca de los pobres
de Jesucristo y de su santo seruicio y seruicio de su Magestad.
Y ací negociaua el dicho pobre cauallero autor. Y otra ues llegó a su amigo,
el cristiano Migel Machado, questaua en su engenio y capilla de Nuestra Señora de Peña de Francia de Chocllo Cocha. Y allí tenía seruiendo ueynte yndios del dicho autor de su pueblo, segunda semana de la quaresma. El domingo encontraron con sus yndios, y lo rrecibieron los yndios, yndias y niños,
adonde todos lloraron de toda la miseria y trauajos que padecían.
Primeramente llorando con lágrimas, dixo a su señor el autor y le preguntó
que ci estaua bibo que toda la prouincia los pobres de Jesucristo an llorado
de vuestra merced: “Y nuestro pueblo solo hila y texe ochenta piesas de
rropa de auasca [tejido corriente] y pide cien yndios trageneadores y tanto
rrescate que nos haze trauajar el dicho corregidor y los dichos padres y tinientes y españoles del tanbo [mesón]. Señor, los demás prencipales questán
nombrados de yndios tributarios y bajos: don Carlos, don Cristóbal de León,
don Diego Suyca, sólo quieren rrecibir cohechos. Ancimismo pasamos muy gran
daño en estas dichas minas de que un yndio Guanca mayordomo, Juan Puxare
del ayllo [parcialidad]
a Lurin Uanca, que no paga tributo ni cirue y nos castiga cruelmente, quitando los calsones, y nos esconde la tarea. Y en las minas
de Guancabilca acimismo le haze este dicho daño el minero llamado Juan
Tomás de Contrerias.”
Ací le contó y se quexó los dichos yndios al dicho autor como a su señor;
este dicho llanto y trestesa le aplacó. Y le consoló y aplacó, dijo: “Hijo, encomendaos a Dios y a la Uirgen María. Presto tendremos rremedio.” Que por
amor de ellos andaua tan pobre y trauaxaua, ciendo tan biejo de ochenta
años. Antes que sea más biejo y se muera, quería acauallo de dalle qüenta
y abiso a Dios y a su Magestad.
/ awasqa / tanpu / ayllu /
a GH, p. 39
En determinados casos Guaman Poma invierte la F. Véanse pp. 1137, 1188, 1189.