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LA TERZERA COIA [reina], Mama Cora Ocllo, coya:
Fue muy ermosa, no tanto como su agüela. Tenía una llicla [manta] de
morado y lo del medio naranjado y su acsu [falda]
a uerde y su chunbe [faja
de cintura] de colorado. Y fue un poco alto de cuerpo. Y fue miserable,
auariento y muger enperada. Y no comía caci nada y beuía mucha chicha y
de pocas cosas lloraua. Y fue muger de Lloque Yupanqui Ynga.
Y de puro mízero no staua bien con sus bazallos. Y de ello no le hazía
tanto caso los señores y prencipales grandes. De toda la rrequiesas y comidas
mandaua enserrar en el depócito; allí se podría y se acauaua1.
Como era tan triste de corasón y de condición, no quería tener donzellas
ni quería rregalarse. Comía mays crudo y ciclla yuyo [yerba de comer]. Y
dezía “¡Llacuaricosun, nustacona!” [“¡Princesas, vamos a relamernos!”].
Y ací tubo ynfantes hijos Mayta Capac Ynga, Cuci Chinbo Mama Yachi
Urma. Con ello tubo otros ynfantes y enfantas hijos, los quales sus ermanos
ellos lo mataron por quedarse en el rreyno solo su marido. Y por mandado
de su marido y con la cólera, esta señora hazía muy grandes daños.
Y murió en el Cuzco caci junto con su hijo de [e]dad de ciento y ueynte
años. Y tubo su marido otros uastardos hijos, auquicona [príncipes], hijas uastardas,
nustacona [princesas]. Y ancí acabó su uida muy mal esta dicha señora.
/ quya / lliklla / aqsu / chumpi / siklla yuyo / Llaqwarikusun, ñust'akuna / awkikuna /
a GH, p. 17; Lira [Bib], p. 30 | b GH, p. 82
En una economía como la incaica, en la cual la “generosidad” está institucionalizada, almacenar para después redistribuir debe ser parte de una política cuyo alcance todavía no comprendemos. Véase Silverblatt, 1976 [Bib]: p. 319.