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ENTIERO DE LOS CHINCHAI SVIOS
Cómo fue enterrado los yndios Chinchay Suyos del tienpo del Ynga:
En muriendo hasta cinco días no le enterrauan. Esa noche uelauan y
ayunauan la sal y otros rregalos. Luego matauan un carnero y los comían
crudos o cocidos pero no auían de tener sal ni agí. Y ueuían sangre cruda o
que hazían llapisca [estrujado]
a con papas, sangre cruda. Y al defunto le
dan de comer y de ueuer, mucho más al Ynga y a los señores capac apo. Allí
es la grande comida de sangre cruda y carne cruda.
Por comer aquello uan todos a llorar y cantando sus canciones y bayles
y múcicas, lloran y dan bozes y gritos y llantos. Al que llora más, a ésa les
enborracha y ueue más y toma más rración de carne y de comidas. Y a la
maystra del cantar y tener buena bos de llorar, ésa le caue una pierna de
carnero, Todo son borracheras1.
Y al defunto dizen que le lauan el cuerpo y le bisten todo sus bestidos
y plumas y juyas de plata o de oro y le ponen en unas andas y uan a la
procición, Como dicho es, cantan y uan saltando y llorando cada ayllo
b y
parcialidad como su custumbre,
En los cinco días le lleuan a enterrar con la procicíón y ací dize pichicanmi [“Es su quinto día.”]. Y en los dies días, otro tanto, dizc chuncanmi [“Es su
décimo día.”]. Y la biuda todo cubirto de luto no se le parese su cara y le
tresquila. Y en los says meses, otro tanto. Y en el año, otro tanto.
Y la buena biuda haze durar esta fiesta dos años. Y en cada fiesta del
defunto mucho sermón de los yndios ancianos y curacas, camachicocconas [autoridades locales y menores]. Allí les ajunta a todos sus parientes sercanos.
Con grandes castigos les amenasa y le manda que sea trauajador y umilde
a la justicia y al Ynga y a los prencipales.
/ llapisqa / qhapaq apu / ayllu / pisqanmi / chunkanmi / kuraka / kamachikuqkuna /
a GH, p. 210 | b GH, p. 39
De las ceremonias andinas que perduraron después del bautismo de la población, “la borrachera” fue la costumbre más notada y recriminada. Su contenido pre-cristiano no se podía ocultar; además, la cantidad de maíz que se dedicaba a la chicha era objeto de crítica por parte de las autoridades europeas. Véanse Murra, 1975 [Bib], artículo 2; GP, pp. 280, 284, 334, 853, 857, 860, 876, 877, 896, 1150.