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BVEN GOBIERNO
Fue degollado Topa Amaro Ynga por la sentencia que dio don Francisco de
Toledo. Le dio la dicha sentencia al ynfante rrey Ynga y murió bautizado
crístianamente de edad de quinze años.
Y de la muerte lloraron todas las señoras prencipales y los yndios deste
rreyno y hizo grandésimo llanto toda la ciudad y doblaron todas las canpanas.
Y al entierro salió toda la gente prencipal y señoras y los yndios prencipales y
glericía. Le conpañó y le enterraron en la yglecia mayor de la ciudad del
Cuzco. Entonses sesó don Francisco de Toledo.
Antes que le degollasen a Topa Amaro Ynga, pidió le otorgasen la dicha
sentencia y le diese uida que quería ser esclabo de su Magestad o que daría
muchos millones de oro y plata, tesoros escondidos de sus antepasados, o que
le mostraría muchas minas y rriquiesas y que serbería toda su bida. No ubo
rremedio y fue sentenciado, executado a cortar la cauesa del ynfante Topa
Amaro Ynga.
Mira, cristiano, esta soberbia y demás de la ley de pérdida que hizo en
seruicio de Dios y de su Magestad de don Francisco de Toledo. ¿Cómo puede
sentenciar a muerte al rrey ni al príncipe ni al duque ni al conde ni al marqués ni al cauallero un criado suyo, pobre cauallero desto? Se llama alsarse
y querer ser más que el rrey.
Destos dichos caualleros sólo con su poder tiene de conoser su causa y
sentencia el rrey con su persona propia, ni puede conoser la dicha causa su
bizorrey ni su audiencia rreal, cino entregalle a sus manos para que como
señor o poderoso le perdone o le sentencie a su bazallo mayor de todo uneuerso mundo. Esto es la ley.
Cómo don Francisco de Toledo, después de auer rreducido y becitado y
poblado todo el rreyno, mandó la dicha becita general1 de los yndios tributarios que fuese a bicitar a cada prouincia a cada uecitador, Gerónimo de
Cilua y a Rodrigo de Cantos y a otros becitadores generales de todo el rreyno,
como la primera becita general de Damián de Uandera2.
Fue uecitado y lo escondieron a los hijos y nietos de los prencipales destos
rreynos y los yndios ausentes quedaron cin becitarse muy mucha suma en
cada pueblo de los yndios. A éstos se abían de becitalle por pechero de su
Magestad.
Y lo hizieron de yndio pobre y tributario, cacique prencipal.
Y ancí se a echado a desuaratarse la tierra y menospreciarse y el rrey
pierde su hazienda.
Véase Málaga Medina, 1974 [Bib].
Véase GP, p. 411 y nota 1.