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BVEN GOBIERNO
Don Francisco de Toledo, bizorrey, abiendo acabado toda sus diligencias, lo
de este rreyno de las Yndias, se fue a Castilla. Y queriendo entrar a bezar
las manos de su Magestad al señor y rrey don Phelipe, segundo deste nombre,
el montero de cámara no le dio lugar ni le dejó entrar ni se le dio lisencia
para ello. Con este pesadumbre, se fue a su casa y no comió y se asentó en
una cilla. Asentado, se murió uentestates y despidió desta uida. Y acabó su
uida sentiéndose del dolor de no uer la cara de su rrey y señor.
De los males que abía hecho en este rreyno, ací al Ynga como a los prencipales yndios y a los conquistadores deste rreyno, ues aquí, caualleros, la
soberuia que tiene un mandado pobre. Se quiso alsarse como se alsó y mató
a un rrey y señor deste rreyno. No pudiendo conoser la causa, cino el mismo
rrey y señor a de sentenciar y firmar pa[ra] la sentencia y muerte de otro
señor y rrey.
Y ací la soberbia1 le mató a don Francisco de Toledo.
Toledo murió casi diez años después de la ejecución de Tupac Amaru. Acerca de la “soberbia”, véase la nota, p. 393. Guaman Poma clasifica como “soberbiosas” las acciones de muchos españoles, desde el virrey hasta el padre doctrinante; los ejemplos abundan a lo largo de la obra.