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COREGIMIENTO
Después de auerse hordenado los dichos corregidores por don Francisco de
Toledo, bizorrey deste rreyno, a rresultado muy grandes daños en estos rreynos del Pirú. Y al cabo salen del corregimiento con hazienda de más de cinqüenta mil pesos a la costa y daños de los pobres yndios de todo este rreyno.
Y no ay rremedio y ancí se acauan los yndios.
De cómo los corregidores, por defender a los pobres yndios deste rreyno
de todos los daños de los dichos padres y curas de las dichas dotrinas y de
los encomenderos y de otros españoles y mayordomos y de otros pasageros y
de los jueses deste rreyno, se lo quita y se lo lleua todo ellos, cin dar cosa
los dichos yndios.
Cómo los dichos corregidores andan al trato y grangería y otras muy muchas cosas. Y para ello sacan la plata de las caxas y lo del tributo o piden
prestado a los saserdotes de los pueblos. Y de ello no le defiende los caciques
prencipales porque se hazen con ellos y se hazen conpadres. A éste le alaua
el padre, el corregidor: “¡O qué buen cacique prencipal don Pedro!” En este
rreyno son amigos. Y otros, por tenelle miedo porque no les maltrate o porque no las quite la gouernación que le dio Dios y su Magestad o porque no
proseda falsa enformación, y ancí con ello calla y dicimula los prencipales.
Cómo los dichos corregidores y padres de las dotrinas y comenderos y
mayordomos y otros españoles que andan entre los yndios son tan señores
apsolutos con poco temor de Dios y de la justicia. Hazen muy grandes males
y daños a los pobres prencipales y a lcs yndios deste rreyno.
Cómo los dichos corregidores ganan, rrobando a los dichos pobres yndios
por tener fabor en la corte y audiencia y por otras ocaciones. Y castiga y
destruy a los pobres yndios de las dichas prouincias y ancí callan.
Cómo los dichos corregidores honrrados y cristianos, temerososo [sic] de
Dios y de su Magestad, ganan linpiamente de su salario. Y con ello queda
contento