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CAPÍTVLO DE LOS MINEROS: En las dichas minas de Guancabilca de azogue es adonde tiene tanto castigo
los yndios pobres y rreciuen tormentos y mucho muerte de yndios. Adonde
se acaua y pasa tormentos los caciques prencipales deste rreyno, acimismo en
todas las demás minas de Potocí de plata y de Chocllo Cocha de plata y de
Carauaya1 de oro y minas de otras partes destos rreynos. Los dichos mineros
y mayordomos, españoles, mestizos o yndios son tan señores apsulutos que no
temen a Dios ni a la justicia porque no tienen rricidencia ni becita general
de cada tercio y año. Y ancí no ay rremedio.
Cuelga de los pies al cacique prencipal y a los demás le asota sobre encima
de un carnero y a los demás le ata desnudo en cueros en el rrollo y lo castiga
y trisquila2. Y a los demás le tiene en la cárzel pública preso en el sepo con
grillos cin dalle de comer ni agua y cin dalle lisencia para proueerse. Toda
la dicha molestia y afrenta lo haze con color de que falta algunos yndios de la
mita [turno en cumplir].
Se haze estos castigos a los señores deste rreyno de la tierra3, que tienen
título por su Magestad. Castigan muy cruelmente como ci fuera ladrón o
traydor. Con estos trauajos se an muerto afrentados y no ay rremedio.
Y no le paga su trauajo de la yda y buelta de los caminos y de acudir en
las minas, de los tienpos questá y a los yndios de sus jornales. Con color de las
minas y tarías le ocupa en guardar ganados y tragenear y los mete a los llanos
y se muere los yndios. Y hazen cunbes [tejido fino] y a otros les manda texer
rropa y a otros les pone por rrescatadores; a éstos no le paga su taría y lo
esconde su trauajo.
Y tienen en los acientos yndias cocineras; con color de la cocina están
amansebados. Y con algunos hijas de los yndios cirues le fuerza y lo quita
y lo desuirga ellos y sus mayordomos y les fuerza a sus mugeres, enbiando a
sus maridos a las minas de noche o le enbía a otra parte muy lejo[s]. Y lo
haze tomar maýs y carne o chicha o queso o pan por fuerza a su cuenta de
ellos y le desqüenta de su trauajo y tarea.
Y con esto al cabo salen mu[y] pobres y con mucha deuda y no tiene qué
pagar a su tributo. Y no ay rremedio de todo esto porque el corregidor y
gouernador o jues que entra o tiniente o alcalde mayor se hazen con ellos y se
/ mit'a / qumpi /
Los lavaderos de oro se estudian en Berthélot, 1978 [Bib]; el trabajo en las minas de azogue y de plata, en Zavala, 1978-1979 [Bib].
“Trisquilar” era un gran castigo; desde muy temprano en la colonia los europeos lo usaron como amenaza y presión. Véase una posible explicación, GP, pp. 286, 292, donde las viudas se recortan el cabello.
Las autoridades coloniales reconocían la presencia de los “señores naturales” durante los años en que Guaman Poma escribía su obra. El obispo de Charcas, fray Domingo de Santo Tomás, fue el que más insistió en la utilización de estos señores en la administración. A su regreso de Europa, convocó asambleas de señores naturales en las cuales debatía el porvenir de las encomiendas. Unos años más tarde el virrey Francisco de Toledo fue el que más argumentaba que los kurakas eran “tiranos” nombrados por los Inka. Véase Espinoza Soriano, 1969 [Bib].