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P[adres]
y [sic] hordenansas y prouiciones rreales de su Magestad, aunque se la a mandado
que no tenga solteras ni casadas ni biudas ni bieja ni muchacha ni niña en sus
casas y cocina. Ni con color de la dotrina no lo ajunte por los daños y pleytos y
no multiplicar, acauarse los yndios y acauarse la hazienda del seruicio de Dios
y de su Magestad. Aunque le está mandado que ciruan a sus madres y padres,
acuda a las comunidades y sapci de cada prouincia; no ay rremedio.
Y ancí multiplica muchos mestizos y cholos en este rreyno.
Cómo los dichos padres de la dotrinas se pierden por meterse demás de lo
que son al oficio de justicia. De excleciástico y de seclar hazerse bicario, ciendo beneficiado cura, y quiere ser corregidor y en el oficio del alcalde y del
cacique prencipal manda y desmanda. Y ací entra en pleyto y haze por sus
manos peticiones y nota y da mal egenplo en el pueblo. Destruy contra los
ca[c]iques prencipales y corregidores y comenderos y no ay rremedio. Con
ellos son tan señores apsolutos y con ello destruy a los yndios deste rreyno.
Cómo el padre Juan Bautista Aluadán1 fue cura del pueblo de San Cristóbal de Pampa Chire. Fue muy apsoluto, cruel padre, las cosas este hombre
hazía no se puede escriuir. Porque tomó un yndio del dicho pueblo llamado
Diego Caruas; porque no le dio carnero le puso en una aspa esponxa como de
San Andrés. Le puso en cueros amarrado, comensóle a quemar con candela
de sebo, meter fuego en el culo y en la güergüenza, ensendido muchas candelas
y brealle. Y le abría el culo con las manos. Y dizen que hizo otras mucho más,
que no se puede escriuir, cino que Dios lo sepa y otros muy muchos daños y
males hacía. Y ací atormentaua a los pintores que allí les llamaua. Esto hizo
porque se auía quexádose las solteras de don Juan Uacrau, su hija, que el
padre Aluadán le desnudaua y le miraua el culo y el coño y le metía los dedos
y en el culo le daua quatro asoticos; cada mañana le hacía a todas las solteras.
De todo ello lo defendió el gouernador don León Apouasco y leuantóle testimonio el dicho padre Aluadán, deziendo que escondía yndios de la uecita.
Y ací le hizo desterralle. Deste pezar se murió Apouasco.
Y ancí mira, padres, ci todos bosotros meresés santo oficio. Os castigase
esta soberbia. Lo hazés con color de dezir propetario y de meter las donzellas
en la dotrina. Con este trauajo y pesadumbre se mueren los obispos deste
rreyno porque nos castiga cruelmente.
/ sapsi /
Hay otras referencias a este sacerdote en GP, pp. 696, 908.