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P[adres]
para que le lleue chismes, mentiras; el quarto, por tenella en la cocina
y con color della, depocitalla a las yndias solteras o amansebadas para fornicalla y hazella trauajar cin pagalle; el quinto, por tenella para rrescates y
pulpera, chichera, panadera y haze hilar, texer rropa y gana plata; el sesto,
por estar amansebada con la hija de la cosenera o con su ermana o con su
criada o sobrinas para rreseruar y euitar pleytos e quexas.
Sea descomulgado el dicho padre y que no entre yndia chica ni grande
por la puerta del dicho rreligioso. Y la dicha yndia sea castigada públicamente en el rrollo, por la primera, cien asotes y por la segunda, sea desterrada por dies años. Sólo tenga un muchacho y ací se ciruerá a Dios y será
buen egenplo para ynfieles y cristianos en este rreyno. Y con esto multiplicará los yndios y parirán yndios de vuestra Magestad.
Que los dichos padres y curas de las dotrinas destos rreynos, con color de
tener amansebamiento a las dichas solteras, ellos propio de día y de noche
rronda las calles y casas, entrando a cada casa. Y ancí no multiplica y no le
dexa soltera al yndio. Y ací no rronde de noche ni de día por las calles y
casas ni haga daño a los yndios.
Que taña su canpana y diga su misa y el propio diga la dotrina con su
sobrepillís, conforme el Santo Concilio. Y no castigue y ci fuere dixno de
castigo, abisalle al corregidor de los tales dichos yndios; esto no sea con suspecha de querelle mal o por algún enterés del yndio o de la yndia o tenelle
por enemigo. De todo lo dicho se enforme el corregidor o alcalde. Y ancí
a de lleuar amor y caridad ni le mande a los dichos alcaldes y fiscales porque le suele castigar cin enformación bastante y de ello se quexe el dicho
yndio o la yndia porque, en queriendo mal, suelen castigar cruelmente.
Y ancí quedan agrauiados los pobres yndios, yndias que no tienen fabor
ni le faborese sus caciques prencipales. Y ancí merese que tales padres ser
descomulgado y priuado del curato y castigado y desterrado para egenplo y
castigo. Y ancí aumentará los pobres yndios y harán hijos para seruir a Dios
y a su Magestad.
Padres míos, mira lo que manda Dios el euangelio, mira cómo ciguieron
los bienauentorados sanctos apóstoles y otros santos mártires y confesores y
uírgenes y para qué miréys. Os muestra este hombre santo de Dios, padre
Martín de Ayala1 que fue mestiso, y la uida de San Juan Buenauentura, negro,
y la bida que hizieron estos sanctos. Y el mestiso desde niño comensó a serbir, hecho hermitaño en el hospital del Cuzco de
Véanse GP, pp. 14-20, y el índice onomástico.