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P[adres]
los naturales, después fue a seruir al hospital de la ciudad de Guamanga.
Allí fue hordenado de misa sazerdote que, en los días que biuió, ayunaua
y deseplinaua y hazía penetencia y traýa selicio en el santo cuerpo. Con el ojo
lloraua y belaua cada noche. Becitaua a los dichos enfermos del dicho hospital
y para ello tenía su selda muy serca de la enfermería. Y linpiaua con sus
manos los seruidores de los enfermos y daua mucha limosna a todos los pobres de Jesucristo. Y tenía mucha caridad y humildad, obra de misericordia,
amor, temor de Dios.
Y ancí se llegauan todos los pobres pecadores y biejos y enfermos y mosos
y solteros y muchachos; obedencia le hazía hasta los animales. Jamás se
rreýa y quando le hablaua muger, hincaua los ojos al suelo, jamás le miraua
la cara de la muger.
Y tenía un gallo a la cauesera que le cantaua la ora y despertaua. Y cada
mañana a la uentana cada páxaro le daua su salto al santo hombre a su cuerpo y le echaua la uendición y hazía otros milagros. Y jamás trayýa cama
para dormir, por fresada, una estera y collchón, otra estera. Jamás dexaua
entrar a la selda a muger, ni aunque fuese hombre no lo consentía, para que
no fuese uisto su secreto. De noche le rrebelaua ángeles del Señor.
Mira, saserdotes, pues que se honrra este saserdote mestizo, ¿qué me haréys
españoles, pues que os llamáys lecinciados, dotores, bachilleres, maystros para
hazer mal y daño y pleytos y rrescates y tener ajunta de donzellas y ser abadesa de ellas y de tener una yndia dentro de buestra casa y cocina ensuciando
la honrra y mérito?
De ser tal saserdote, mirándolo públicamente y metiéndoos a hazer justicia
y rrebolbiéndobos propio y le buscáys a cada persona pleytos y canbalaches y
rrebueltas y rrondáys como seglar y justicia cin temor de Dios ni de la justicia. En todo ello la culpa se le cargáys a buestros perlados. Y la rronda de
día y de noche cin dexalle a los pobres. Jamás rresáys maytines, alua, nona,
bísperas como obligado. Aunque los rrezáys, cí [e]stáys en pecado mortal o
uenial o cí [e]stáys mal con buestros prógimos. Entendéys en el juego de
naypes, ¡es buestro rrezar! Ni os deseplináys.
Y ancí, mira, padre, a los rrebrendos padres de la Conpañía de Jesús y los
rrebrendos padres flayres franciscanos y hermitaños, tan padres y rreligiosos
son como bosotros. Hombres con amor y caridad traen a los cristianos; haziendo limosna a los hombres le llama hermanos. Como an uisto este bien, le
cig[u]en los cristianos. Jamás se han uisto pleytos de ellos. Jamás salen de su
conuento. Ací abían de hazer los buenos saserdotes. Humillarse a Dios y dexar
toda la rriquiesa y uanidad del mundo, echar la carne y al diablo de cí y ganar
las ánimas para lo presentar ante los ojos de la Santícima Trinidad. Que para
esto se uino y se hizo Cristo y se hizo apóstol y uenauenturado. Antes aués
de ser mártir que confesor por rrecibir onrra como los sanctos de Dios.