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P[adres]
ni sorra y ancí pasauan gran trauajo los pobres yndios en este rreyno. Que el
padre, comendero, corregidor merecían gran castig[o] en este rreyno.
Que a un padre dotrinante le dixo su señoría, obispo don Antonio de Raya,
entrando a su juridición a Tayacaxa Guaman del Ynga a la puente de Ango
Yaco, que se quexaron los yndios del pueblo de Acuria de que el dicho padre que
era muy gran apo y lesenciado y que con color de la dotrina ajuntaua todas
las mejores donzellas y que les forzauan a sus mugeres cazadas y que tenía
tres hijos. Como oyese esta quexa el santo su señoría obispo de la quexa de
los yndios, le preguntó su señoría que ci era el mayor hijo natural, el menor
hijo lexítimo, el menor uastardo, que con ello honrraría y multiplicaría y daría
buen egenplo a los pobres yndios. Que ya tenía noticia desde Castilla la bida
de los saserdotes deste rreyno de las Yndias, que con color de la dotrina tenían
escogidas donzellas en sus casas y cocinas todo lleno de yndias. De puro santo
tenían muy muchos hijos los dichos padres.
Cuando fue proueýdo por obispo en Castilla le dixeron ciertos hombres
cristianos que se ocupauan los padres a contratar y grangeriar y rrescates y
de ajuntar yndias y tener muchos hijos y de meterse en cosas de la justicia
y castigar y de rrondar y de hazer peticiones, soberbiosos que no temían a
la justicia que eran señores apsolutos.
Y ancí dixo este obispo que benía congoxado, temoroso de oýr esta mala
nueua. Y ací se morían muy presto los obispos de pesadumbre y que abí[a]
de murir muy presto. Este pesadumbre trajo y lo dixo su señoría del Cuzco.
Que un padre de Hatun Lucana estaua en el año de 1608 muy buen cristiano padre y honrrado. Preguntándole que cómo los yndios estauan derramados y perdidos, ausentes y se hazían pobres y que adelante abían de ser muy
pobres, rrespondió el padre porque desollauan el corregidor, comendero y
tiniente y jueses y mayordomo y los caminantes españoles y los mismos padres
y que de yndio pobre se hacía muchos caciques; abiendo dies yndios, los cinco
eran caciques. Preguntándole que cómo no tenía comunidad y sapci ni ganado
de los pobres yndios, cómo se les acauaua que primero abía tanto pleyto
por los corrales de ganados, rresponde este cristianícimo padre, dixo: “Has
de sauer, hijo, que corregidor, comendero, mayordomo y tiniente, padre,
cacique, todos piden daca carneros, daca lana. ¿Cómo no se a de acauar? Ci
tubiese administrador que la defiendese y no lo diese, estaua rremediando los
pobres deste rreyno. Remédielo Dios y su Magestad que puede.”
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