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PRÓLOGO
de la horden de San Francisco y no de otra horden nenguna. Ci no, que ci lo
tenemos pleyto con estos sanctos rreligiosos y cierbos de Jesucristo, castíganos. Entonses sabrá de todo vuestra señoría y hará serbicio a Dios y nos
hará justicia y faboreserá a los pobres yndios. Para que uea vuestra señoría
en los capítulos y atreuimiento que huza con los españoles, ¿qué me hará con
los yndios yncapases y pobres?”
Y ancí vuestra señoría no tendrá pesadumbre de oýr tantos pleytos y se
entablará bien del castigo de los rreueldes y malos y fabor de los pobres de
Jesucristo. Vuestra señoría mande becitar a los dichos becitadores con estos
capítulos y horden, mandándole con expresa descomunión. Mande a los dichos
padres y curas que ponga, y en dexándolo de poner en cada pueblo de los
yndios, tengan en su puerta de la calle mayor cubierto y pintado las armas de
vuestra señoría. Y auajo de las dichas armas, tenga escrita unos letreros grandes, para que lo uean todos los cristianos y los dichos padres se enfrenen con
ellas, y diga ací:
“Que se dexe de negocios y huze oficio de saserdote. La muger que entrare
a la casa del padre sea descomulgada y castigada por todas las justicias de
su Magestad.” Y que ci no lo haciendo poner este rrétulo que se le lleue
de pena cien pesos de cada ues que se le denunciare y sea castigado. Y con
ello se le enfrenará y se emendará y no abrá tanto soberbia y luxuria y se
umillará obidencia del santo concilio deste rreyno. Y que no le quite a los yndios sus haziendas, deziendo que en la confición le dixo, que la confición no se
puede declarar, cino aquello del testamento se cumpla.
Y las armas y letreros se le ponga en las ciudades, uillas, aldeas y pueblos
grandes o chicos deste rreyno para exenplo, para que la letra lo tenga en los
ojos. Y esta dicha letra sean muy grandes para que los mismos dichos padres
lo lean, los yndios y las yndias, que se den exenplo y tema de las manos de la
justicia.
Las dichas yndias de malbiuir y los fiscales y sacrístanes y las mitayas,
yndias cazadas, solteras, biudas, donzellas, muchachas no tengan lugar de entrar a casa del padre deste rreyno.
Y ací vuestra señoría biuirá y gosará salud y uida cin tanto pleyto y quexas
deste rreyno.
Y ancí los yllustres señoras se an muerto en este rreyno. Y ci quiere vuestra señoría tener salud al padre, entrando a la cárzel no oýr petición, cino que
allí descanse. Esto es justicia.
/ mitayu /