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SENTENCIAS
se huyó y dejó mandado que todo el pueblo despareciesen y huyesen ni le
diesen agua ni de comer y lo enserrase la yglecia. Y ací lo hicieron los yndios;
se huyeron y se escondieron.
¡Mira la soberbia, enobedencia de los saserdotes a sus perlados y jueses!
¿Qué hará con otros seglares que tanto atreuimiento y señor apsoluto cin
Dios, cin papa, cin rrey? Aunque el papa ni rrey no es tan libre porque obedese
a Dios y a los dies mandamientos y el euangelio y ley de Dios. ¡O qué
buena sentencia de jues uecitador! ¡Que sentencia con su umildad, amor y
caridad, pasencia, pobresa! Le sentenció al padre que no a los yndios pobres
ni a la plata.
Este cristiano fue gran letrado, pues que con justicia hizo justicia y uenció
para memoria. Éste auía de ser becitador en todo el mundo y auía de castigar
a los rrebeldes padres, que no a los pobres yndios ni la bolsa y rreales de los
padres como otros becitadores da fabor a los malhechores padres y castiga
y afrenta al pobre yndio de don Cristóbal de León1 y toda su hazienda se la
uende y toda su casa se la quema y destruy y le echa a las galeras a los pobres
yndios. A éstos le uenció y sentenció y jusgó este jues, para que su Santidad
papa de Roma y su Magestad, patrón de la santa madre yglecia, lo uea y sentencie en los capítulos y prouea justicia.
Sentenció el padre uicarío general de la prouincia de los Andamarcas, Soras, Lucanas como juees [sic] y letrado muy cristiano. Padre Diego Beltrán de
Sarauia2, cura de Santa María de Peña de Francia de Uilca Bamba de Suntunto, fue uicario general de la dicha prouincia y rrecidía en este medio y
cauesa de la dicha prouincia. Fue crestianícimo sazerdote.
Sentenció con su crestiandad, amor y caridad y humildad y fabor que daua
a los yndios pobres de la dicha prouincia. Defendía este dicho padre del corregidor, de tinientes, de comenderos y de jueses y de los españoles y de los
mayordomos, de los demás agrauios y de trauajos y molestias. De tanta defensa que hacía, no se puede escriuirse de[s]te cristiano padre. En ello gastaua
su hazienda por la defensa de los pobres. Y ancí murió pobre en el dicho
curato. Seruió treynta y cinco años.
Y demás desto, jamás pedía mitayo ni tenía cocinera ni consentía
/ mitayu /
Véase el índice onomástico para las varias referencias a este “discípulo” del autor.
Diego Beltrán de Saravia ayudó a compilar y firmó la descripción del repartimiento de Hatun Soras en 1586. Véase Jiménez de la Espada [1586], 1965 [Bib], t. I: pp. 20-25. Aunque aquí Guaman Poma lo elogia, en un momento posterior criticará a Beltrán Saravia por ser “gran papelista”, p. 944; parece haber participado en un proceso que resultó en el destierro de Guaman Poma.