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CONZEDERACIÓN
Aués de conzederar en tienpo de los Yngas y después en la conquista, ací los
yndios como yndias y españoles, fueron muy ubidentes. Tenía mucha fe en
Dios y leal y tenía mucha caridad, umildad, criauan a sus hijos y hijas con
castigo y dotrina. Andauan cin capa y cin sonbrero hasta beynte años hasta
que le puntauan las barbas, muy ubidente a Dios y a su padre y madre y al
rrey y a los biejos y biejas. Le obedecía y le llamaua padre y madre, ermanos
a los mayores, y a los menores, hijos. Y rrespetauan muy mucho con una
humildad y bien nacidos y criados. Y ancí los yndios luego tomaron fe de Dios
en su ánima y corasón.
Y la gente desta uida son perdidos. Es la culpa de los padres y madres
que Dios le a de castigar por culpa de su hijo y le a de echar al ynfierno.
Conzedera que en esta uida no ay justicia. Todo es enterés y amigo de leuantarse y buscar uida axena y matarse unos como otros. Ci este cauallero
se leuantase y alsase estandarte rreal y la ciudad defendiese a la corona rreal
y pelease un credo, un apretón ciquiera que diese en seruicio de Dios y de
su Magestad, fuera gran seruicio y honrra de la dicha ciudad y memoria en
el mundo. Pero memoria y afrenta de enbustes y maldades en el mundo la
señal quésta es ynfame y deshonrra. Auía de enterrarse en ciete estados pero
santo del pobre cauallero que fue martirizado de cristiano que no de ynfiel.
Es santo de los santos uerdaderamente, estará en el cielo.
Aués de conzederar la historia deste pobre cauallero don García de Solís
Portucarrero1, noble cauallero del áuito del señor Santiago, corregidor y justicia mayor que fue de la ciudad de Guamanga y de las minas de Guancabilca
por la zédula rreal de su Magestad.
Le prendieron estando en la uilla de Guancabilca seruiendo a su Magestad.
Le prendieron a oras de uísperas en la plasuela de la perroquia de Santa Ana.
Coino auía uenido del serro de las minas, y le hallaron cin armas ofencibas
y defencibas cino sólo su persona, y en su casa no se halló cosa y no tenía
conpañía, da donde lo lleuaron preso el capitán nombrado y los demás soldados sus enemigos.
Y lo lleuaron a la ciudad de Guamanga a entregar a las manos de todos
sus enemigos de aquella ciudad. Y lo lleuaron preso a buen rrecaudo y muy
pobre, preseguido, le lleuaron derecho
Fernando de Montesinos [1647], 1906 [Bib], t. II: pp. 155-158, narra la historia de don García con muchos de los mismos detalles que ofrece Guaman Poma; como nuestro autor, Montesinos atribuye este “lastimoso caso” a la envidia y venganza de sus acusadores. Álvarez Orderiz [1847], 1944, citado en Huamanga, 1974 [Bib]: p. 256, dice: “A este corregidor se le acusó de varios crímenes, i entre ellos el de infidencia. Por orden de la Audiencia de Lima, vino a juzgarle el oidor Francisco de Coello, i conclusa la causa, lo mandó degollar en la plaza de Ayacucho, el 14 de setiembre del año siguiente de 1601. Se mandó fijar su cabeza sobre un palo, hasta que al cabo de algún tiempo la robaron”. Véanse también pp. 563, 694 y notas.