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PRÓLOGO
alzada, trayendo armas, teniendo poca caridad, ciendo rricos.
Tenéys los dichos conuentos muy pobres como aués preciguido a los padres pobres, santos flayres del bienauenturado señor San Francisco, cirbo de
Jesucristo, haziéndole yr descalso por agua y leña y traer a qüestas, quitándole
los pobres yndios de que se suele seruirse de limosna con poco temor de Dios.
Mira qué ciudades abrá atreuido a tanto, cino los sodomistas y malos cristianos. El cristiano, aunque le matasen a su padre, le perdonaría por la misericordia de Dios. Jamás se a oýdo en Roma, Castilla, en toda la cristiandad,
cino son los moros, turcos y judíos. Con ser ellos tales, tubiera alguna piedad
y misericordia a su prógimo. ¡O cristiano jues de palo, corasón de piedra,
como no lloráys en tu ánima y corasón! Otra Sodoma tenéys Guamanga, Quito, Cuzco.
Que Zatanás no hiziera otro tanto, pues que Pilatos por dalle contento a
los fareseos sayones y Judas en su conpañía le sentenciaron al cordero sancto
cin culpa, leuantándole testimonios la ciudad. Y todos los bezinos y sazerdotes
y soldados fueron contra él y clamaron, deziéndole: “¡Crucifixe, crucifixe!”
Pidieron la muerte. Y ací al cordero santo fue sentenciado a muerte y martirizado.
De todo ello Pilatos temió y confesó y rrestituyó y tubo caridad para su
descargo y consencia; aunque fue judío, confesó. Y ací en estas malas ciudades algún día a de uenir castigo de Dios. Y ací jueses y justicias y ciudades
como nos a castigado ni tragado la tierra ni quemado con fuego del cielo como
a la ciudad de la Sodoma y a las tres prouincias por su Sodoma, auariento,
perjuro,