SEÑOR
Don Felipe Guaman Poma de Ayala, natural de este reino y vasallo de Vuestra Majestad e hijo legítimo que soy de
Capac apo
don Martín Guaman Malque de Ayala, que fue hijo natural de los grandes de este reino del Perú, segunda persona y su virrey de Tupac Inka Yupangui, décimo rey que hubo en este reino, y el dicho mi padre fue casado con doña Juana Curi Ocllo,
coya
, hija legítima de Tupac Inka Yupangui, el cual dicho mi padre hasta que murió siempre sirvió a Su Majestad con fuerza de indio en conserva de la gente y campos de guerra que Vuestra Majestad tuvo contra los tiranos que se quisieron alzar con estos reinos de Vuestra Majestad. Como fue muy notorio de que por otras cartas antes de ahora tengo dado cuenta a Vuestra Majestad acerca de esto y de otras cosas muy del servicio de Vuestra Majestad, y de como deseaba mucho que de la notoriedad y descendencia de los reyes que antiguamente había habido en este reino hasta el último rey, que fue Huascar Inka, se hallase notoriedad para que los tiempos venideros como de las grandes, segundas personas, caciques, gobernadores que había habido, y de sus ritos y ceremonias, trajes y modos con que ataviaban sus personas y gobernaban y entretenían en sus fiestas, banquetes y monterías y pasatiempos, como de las minas de oro y plata principales que descubrieron en estos reinos, y de la manera que han sido y son gobernados los naturales de ellos después que fueron conquistados y poblados en estas provincias por los virreyes y gobernadores, corregidores, administradores y padres de doctrina evangélica, y del mal tratamiento que de todos ellos y de los encomenderos han recibido hasta el día de hoy y de otros daños y menoscabos que han padecido y padecen.
Me ha parecido hacer una corónica o historia general de todo lo que he podido venir a saber y alcanzar en la edad de mi tiempo, que es ochenta años la que tengo, que he visto como de lo que he entendido por caciques principales antiquísimos de estos reinos, que tenían entera relación y noticia de todo de sus antepasados para que memoria durante la era del mundo y que no se pueda escasear cosas tan grandes y memorables por falta de escritura, y para que los historiadores de Vuestra Majestad puedan tener más entera luz de la que yo entiendo han podido tener hasta aquí. Para cuya averiguación y satisfacción de enterarme de la verdad de todo ello a vista de ojos, me ha sido forzoso el haberme ocupado tiempo de treinta años, habiendo andado personalmente todas las provincias de estos reinos, tomando la razón por escrito aunque a mi rústico entender, de todos los dichos caciques y principales antiguos de la dicha mi edad y de más de cien años para certificarme de todo, y todo para que Vuestra Majestad fuera más servido en cuyo tiempo y ocupación referida yo, mi mujer e hijos habemos pasado mucha necesidad, pobreza y desnudez por no haber acudido a mis crianzas de ganados y sementeras, llevándolo todo con gran paciencia, a fin de hacer un tan gran servicio a Dios Nuestro Señor y a Vuestra Majestad en dar larga cuenta en la manera que han sido tratados los naturales de estos reinos después que fueron conquistados y poblados de españoles, para que Vuestra Majestad quede enterado de la verdad de todo, y para que mande se acuda al remedio que piden daños tan grandes, pues a sólo Vuestra Majestad incumbe el mirar por ellos como su rey y señor natural que es de ellos y se duela de sus miserias, calamidades y malos tratamientos y peores pagas que continuamente reciben en general de todo género de gente, tratándolos peor que a esclavos venidos de Guinea, que aún a éstos los tratan mejor por costarles el precio que pagan por ellos, y siendo Vuestra Majestad servido hacerme a mi merced y a mis hijos y sucesores, para que haya memoria durante el mundo atento a las causas referidas, y que desciendo de la casa real de los reyes Inkas, señores que fueron de estos reinos, que ahora son de Vuestra Majestad, que siendo necesario el querer saber Vuestra Majestad de cómo soy, el contenido podrá dar a Vuestra Majestad entera noticia acerca de ello el marqués de Salinas, presidente del Real Consejo de las Indias, que la tiene de mi persona del tiempo que gobernó este reino, que por ser yo natural y poco inteligente como lo son los españoles para poder encaminar a Vuestra Majestad el dicho tratado de corónica general, no lo envío en esta armada a España. Y así suplico a Vuestra Majestad siendo servido se lo mande al virrey que gobernare este reino que lo reciba y envíe a buen recaudo a Vuestra Majestad, que yo estoy presto de se lo entregar luego que me lo pidiere. Dios guarde la católica persona de Vuestra Majestad.
Del pueblo de Santiago de Chipao de la provincia de los Andamarcas Lucanas Soras, distrito de la ciudad de Huamanga, a 14 de febrero de 1615.
Don Felipe de Ayala (una rúbrica.) (I)
(I) Archivo General de Indias, Sevilla. Audiencia de Lima 145. Hemos modernizado la ortografía y la puntuación de la transcripción hecha por Guillermo Lohmann Villena en su “Una carta inédita de Huamán Poma de Ayala”,
Revista de Indias
, año 6, núm. 20 (1945):325-327.