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CONZEDERACIÓN
Santa María de Peña de Francia1, madre de Dios, rruega cienpre por los pecadores del mundo. Conzedera cómo de tantos males y enubidencia y pecados
mortales, ueniales no nos castiga Dios por rruego de la Uirgen María y de todos los santos y santas, ángeles del cielo y los questá en el mundo de los santos
saserdotes, glérigos, flayres y hermitaños y otros que no traen áuito, santos y
santas señoras del mundo. Nos tiene en su santa mano Dios nuestro señor
y saluador y criador. Conzedera de todo esto en el mundo y en este rreyno.
Y ancí an de ser muy obligado de seruir en los días de su fíesta y sáuados
en todo el mundo. Y las misas an de ser de limosna y caridad a la Uirgen
María y honrralle y seruille. Los saserdotes no puede lleuar limosna y la limosna sea para sera y lánpara de la Uirgen María en el mundo. Conzedera este
seruicio de Dios.
Conzedere vuestra Magestad cómo una persona que tiene haziendas de ganados, ouejas que lo a ganado con su trauajo y le duele de ellas porque le
costó su sudor y trauajo y no quiere que se le muera ni que estén enfermos
ni que se les acaue. Y que se les acaua, ¿con qué a de sustentar él y sus hijos,
nietos? Y desea aumentallo y ser rrico y que uaya en más para memoria y
que estén buenos y sanos, gordos y multiplique para ualerse de ellos desta
hazienda y rriquiesa de las ouejas de Dios que le dio y le hizo hombre a él
y a su padre, agüelo y por ellas a tenido muchos rreynos desta dicha hazienda y después Dios le a de tomalle cuenta de ellas porque le dio Dios. Y ací
procure de rremediallo estas obejas pobres.
Ues aquí, Sacra Magestad, lo que a de consederar que en las minas de azogue se acauan y los que quedan son asogados, que no uale un pito. Y ci no lo
rremedia se acauará a vuestra Magestad y a su corona rreal; le a de doler.
A los mineros no le duele ni se le da nada. Tanpoco quiero que se cierre; antes aumente y ayga más minas y rriquiesas.
Diga vuestra Magestad cómo yo rrepartiré yndios para la labransa y daré
horden de que no se muera tanto y se saque fácilmente el azogue. Pero a de
comunicar vuestra Magestad conmigo y aconpañar y daré mi pareser como
Véase la nota, p. 405.